La Real Academia pide un Plan de Arbolado al Ayuntamiento de Toledo
· Debería contener un inventario de ejemplares, objetivos, criterios de planificación y gestión, líneas estratégicas, acciones y un calendario estimativo
· Permitiría conocer el estado de salud de los árboles y programar con antelación la eliminación de ejemplares enfermos o moribundos, sustituyéndolos por las especies más aconsejables para esta ciudad
Toledo, 25 de enero de 2018. Durante los últimos meses, tanto el estado del arbolado en Toledo como su correcta gestión han sido objeto de polémica y han tenido gran repercusión en los medios de comunicación y debates políticos y vecinales.
La opinión de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas es que el patrimonio vegetal -del que los árboles son la representación más visible- es un elemento fundamental, por su valor ambiental, recreativo y paisajístico, dentro del patrimonio de la ciudad de Toledo. El buen estado de las zonas verdes, en este sentido, es un espejo que refleja la sensibilidad social y cultural de sus habitantes y gestores.
La gestión de este patrimonio debe basarse necesariamente en una adecuada planificación, sustentada sobre criterios técnicos. Por este motivo, la Real Academia insta al Ayuntamiento a que elabore, a la mayor brevedad, un Plan Director del Arbolado Urbano.
Este documento debería servir a medio y largo plazo para marcar las directrices relativas a la gestión del arbolado viario y de las zonas verdes urbanas. Tendría que contener un inventario del patrimonio arbóreo, objetivos, criterios de planificación y gestión, líneas estratégicas, acciones y un calendario estimativo de las actuaciones. Todo ello, acompañado de una estrategia de participación, comunicación y educación ambiental.
La base de este Plan Director debería ser la integración del árbol en la ciudad, compatibilizando la salud de los ejemplares con la seguridad de las personas e infraestructuras. Habría de incluir un listado de especies aconsejables y desaconsejables por sus requerimientos ecológicos, necesidades de espacio y de humedad, características alergénicas y potencial estético.
Contar con esta herramienta permitiría conocer el estado sanitario de los árboles y su potencial peligrosidad para los ciudadanos. En este sentido, el Plan Director debería contemplar la eliminación y sustitución de los ejemplares decrépitos o moribundos, elaborándose un calendario anual de los ejemplares que hubiera que eliminar paulatinamente con el fin de alcanzar, a medio plazo, un dosel arbóreo diverso y de buena calidad tanto sanitaria como estética.
También debería contemplar la eliminación de las podas abusivas y desmesuradas que se han venido ejecutando en Toledo a lo largo de las últimas décadas, la inmensa mayoría de ellas sin ejecución técnica, las cuales son responsables, en buena medida, del estado lamentable en el que se encuentra una buena parte de los árboles de la ciudad.
Con dicho Plan Director en vigor, Toledo podría cobrar un rumbo en la gestión de su arbolado que hoy se nos antoja más necesario que nunca, a la luz de los últimos acontecimientos y de las polémicas que se hayan podido generar, a menudo por cuestiones que van más allá de lo puramente ambiental o patrimonial.
Los árboles, según los académicos que componen el Pleno -que debatió sobre este asunto en su sesión del pasado 24 de enero-, tan necesarios en el ornato municipal, unas veces como elementos protagonistas y otras como acompañantes del la riqueza monumental y arquitectónica, deberían ser objeto de los mayores desvelos por parte de los responsables municipales. Su sombra, tan necesaria en los meses estivales en estas latitudes, es pieza clave en la calidad de vida de vecinos y visitantes, pues en buena medida son los árboles quienes convierten a las ciudades en entornos más amables y hacen sus espacios habitables.