AGUADO GÓMEZ, Mª R. (2016). “La Escuela de Artes, punto de inicio de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo. su vinculación a lo largo de un siglo” en TOLETVM nº 61, pp. 207-247.

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MAYANS JOFFRE, Francisco José [director] (1989-1992). Gran enciclopedia extremeña 2. Mérida: Ediciones Extremeñas. pp. 211-212.

SANCHEZ GONZÁLEZ, Ramón, Historia de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo (1916-1966), Ediciones Puertollano, 2017, 192 pp.

Hemerografía:

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Palomo Lechón, Agustín; Palomo Lechón, Sandra (may.-ago. 2014). «Tras las huellas de Cabrera. Arqueología y prehistoria en el Alburquerque de primeros del siglo XX». Revista de Estudios Extremeños (Badajoz: Servicios Culturales de la Excma. Diputación Provincial). LXX (II): pp. 691-724.

Se trata de un busto corto en el que de un montículo emerge el rostro del médico de Orgaz, Juan Moraleda. Al pie se distingue el cáliz y la serpiente, símbolos del oficio.

Busto de Juan Moraleda y Esteban, Médico de la Beneficencia municipal de Toledo, vocal de la Comisión Provincial de Monumentos, y Correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

Los componentes de la Comisión de monumentos tenían entre sus objetivos la defensa y protección del patrimonio Histórico en la provincia, además de la realización funciones académicas como la redacción de informes, y de carácter técnico.

El autor del busto, Aurelio Cabrera y Gallardo, nacido en Alburquerque fue escultor, pintor, ilustrador y arqueólogo. Fue alumno de la Escuela Municipal de Dibujo de Badajoz, siendo pensionado en 1896 por el conde de la Torre del Fresno, continuando sus estudios en la Escuela Especial de Pintura, Escultura y Grabado de Madrid. Llegó a Toledo en 1905 como profesor de término de la clase de talla y carpintería artística de la Escuela de Artes, de la que sería luego director desde 1921 a 1930. Miembro de número de la Real Academia de las Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo (1916-1923) y de la Real Academia de la Historia. Autor de numerosos monumentos conmemorativos entre los que destacan los dedicados a figuras extremeñas como Vasco Núñez de Balboa, El Brocense,​ José de Espronceda, Hernán Cortés o Zurbarán (1930), a Los soldados muertos en Cuba y Filipinas o el Monumento a las víctimas de las guerras 

coloniales, ubicado en el Parque del Oeste (Madrid). Realizó dos placas conmemorativas talladas en madera para el Alcázar de Toledo, con los nombres de los caídos de la Guerra de África. Su autorretrato lo tituló Prometeo moderno.

Debido a su vocación arqueológica y preocupación por Toledo, fue nombrado por el Estado Comisario de Excavaciones Arqueológicas en 1914. Obtuvo una tercera medalla en la Exposición Nacional de 1901 con un San Sebastián en yeso, en 1903 primera medalla con un sobrinito del señor cura y en 1904, mención honorífica por La ciencia.