CATÁLOGO EXPOSICIÓN. (1969). Exposición antológica de Ricardo Arredondo, «El pintor de Toledo» (1850-1911). Madrid, Sociedad Española de Amigos del Arte.

CATÁLOGO EXPOSICIÓN. (2002). Arredondo, pintor de Toledo, Cuenca-Toledo, Caja Castilla-La Mancha,

LAFUENTE FERRARI, Enrique. (1968). El pintor de Toledo: Ricardo Arredondo. 1850-1911, en Arte Español, t. XXVI. Madrid.

SEBASTIÁN LÓPEZ, Santiago. (1960). “Arredondo y otros paisajistas toledanos” en Arte Español (Madrid), vol. XXIII, pp. 113-127.

RUBIO PÉREZ-CABALLERO, Jerónimo. (1954). “Biografía de Ricardo Arredondo” en Revista Teruel nº 11, Instituto de Estudios Turolenses.

SERRANO DE LA CRUZ PEINADO, Angelina. (1996). Las artes plásticas en Castilla-La Mancha. De la Restauración a la República (1875-1936). Universidad de Castilla-La Mancha.

Vista de un cigarral toledano, tratada con gran realismo y cuidada técnica que raya en el virtuosismo. Bajo un luminoso cielo azul sin nubes, se destacan con fuerza las características arquitecturas toledanas con sus desconchados muros. Las sombras de los árboles acercan un primer plano, dividiéndose la escena en terrazas que alternan las calidades y texturas de la piedra con la vibración de las hojas verdes y las sombras del estío. Al fondo está la casa, detrás de muros muros de piedra y ladrillo coronados por tiestos de barro.

Paisaje realista, donde se observan los ecos de Meissonier y la enseñanza de Carlos de Haes, en su interpretación de la naturaleza y las arquitecturas con su característico tipismo toledano. Las más de las veces, solía pintar estos paisajes al aire libre, acompañado por su amigo el pintor Aureliano de Beruete en los alrededores de la ciudad. Se aprecia el escrupuloso dibujo y el preciosismo de su pincelada menuda y nerviosa.

El estilo de su obra se ha calificado como pintoresquismo tardorromántico, realizada habitualmente en cuadros de pequeño y mediano formato destinados sobre todo al turismo extranjero.

El autor, Ricardo Arredondo, Llegó a Toledo con doce años de edad, junto con su padre y hermanos, bajo la protección de su tío, el capellán mayor de los reyes, Francisco Arredondo y Villanueva. Allí ingresa en la Academia Militar siguiendo la tradición familiar, sin mucho éxito, ya que él prefería el dibujo a las armas. Fue alumno particular del pintor Matías Moreno y posteriormente se trasladó a Madrid, en 1872 para continuar su formación en la Escuela Especial de 

Pintura, Escultura y Grabado, siendo alumno de Carlos de Haes. También viajó a París, donde entró en contacto con Ernest Meissonier.

Participó en algunas ediciones de las ­Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, obteniendo terceras medallas en 1884 y 1895, con los lienzos titulados Una desgracia en montería y Jardín toledano, así como condecoración en las ediciones de 1899 y 1901. También acudió a la Exposición Artística de Bilbao de 1894, consiguiendo tercera medalla y 3ª medalla en la Exposición Universal de París de 1900. El 26 de marzo de 1911 es nombrado ayudante meritorio para la plaza de entrada de Dibujo Artístico de la Escuela de Artes de Toledo, siendo sustituido por el pintor y fotógrafo Pedro Román a su fallecimiento, el 5 de diciembre del mismo año.

Se especializa en el paisaje naturalista con un increíble amor por el detalle, en las vistas de la ciudad de Toledo, del Tajo y sus riberas, que fueron tema constante de su pintura. Instaló su taller en el antiguo Palacio de los Adrada. Su amor por la ciudad, que compartió con sus amigos Benito Pérez Galdós y el pintor Vicente Cutanda, le llevó a ser concejal del Ayuntamiento toledano y miembro de la Comisión de Monumentos. Participó en la dirección artística de labores de restauración, dirigiendo y ejecutando personalmente la restauración de la Puerta Antigua de Bisagra en 1907, e interviniendo en el castillo de San Servando. Igualmente fue miembro correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.