COBO, Jesús. (2003). “Perfil intelectual de una familia de artistas”, en Enrique Vera. El Paisaje y la Luz, Toledo, Junta de Comunidades de la Castilla-La Mancha.

DORADO MARTÍN, Fernando. (1986). Pablo, José y Enrique Vera, tres pintores de Toledo. Toledo, Diputación Provincial.

MUÑOZ HERRERA, J. P. “Enrique Vera Sales. El Poeta de la Luz. Biografía crítica”, en Enrique Vera. El Paisaje y la Luz, Toledo, Junta de Comunidades de la Castilla-La Mancha.

SÁNCHEZ GONZÁLEZ, Ramón, Historia de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo (1916-1966), Ediciones Puertollano, 2017, 192 pp.

SERRANO DE LA CRUZ PEINADO, Angelina (2003). “El toledanismo de Enrique Vera en su contexto artístico” en Enrique Vera. El Paisaje y la Luz, Toledo, Junta de Comunidades de la Castilla-La Mancha.

En la imagen aparece la base de un torreón con un grueso contrafuerte exterior (Probablemente la Puerta del Vado), parcialmente encalado; en la pared se abre una puerta atisbándose algunas figuras recortadas sobre el fondo oscuro. En la parte superior se distinguen dos saeteras.

A la derecha, en la luminosa calle se ven las figuras de una persona montada en un asno y otra más lejana al final de la vía, enmarcada por casas bajas, pintadas de blanco. Las sombras del mediodía se proyectan en el suelo.

Enrique Vera dedica este estudio al historiador y escritor Rafael Ramírez de Arellano (1854-1921) director y alma de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo desde 1916. La dedicatoria pudo deberse a gran vinculación de Ramírez de Arellano con la Escuela de Artes y su amistad con José Vera, profesor de Dibujo Artístico, y padre de Enrique.

Nació en Toledo en 1886; alumno de su padre y de Vicente Cutanda en la Escuela de Artes, donde luego desempeñará las plazas de ayudante de dibujo artístico y composición decorativa, escenografía y pintura sobre tela e incluso la de concepto de Historia del Arte. Fue director del centro desde 1947 al 56. Estudió en Madrid como alumno particular de Joaquín Sorolla y en la Academia de San Fernando. Viajó a Italia y Austria en 1911, regresando un año más tarde becado por la Fábrica de Armas para estudiar la técnica del esmalte sobre metal. Fue director artístico de la revista Castilla en 1918, y autor de una extraordinaria obra gráfica destacando multitud de carteles para las fiestas locales o bellísimos dibujos comercializados a modo de postales, sobre las torres de las parroquias toledanas. Era un profesor activo y bondadoso, apasionado de Toledo.