El 19 de abril de 2023 moría en Madrid el onubense José Luis Pérez de Ayala y López de Ayala (1931-2023), XV conde de Cedillo (1977) y XXII Fuensalida (1999), Grande de España y Notario Mayor del Reino de Granada. Se casó con María de los Ángeles Becerril y Bustamante, con quien tuvo cinco hijos.
Abogado de profesión e historiador de vocación, fue doctor en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, donde defendió su tesis titulada El problema jurídico y financiero de las empresas del Estado (1957).
Su carrera académica fue meteórica: profesor en ICADE (Universidad Pontificia de Comillas) y catedrático de Economía Política, Hacienda Pública y Derecho Financiero en las Universidades de Murcia, Navarra, Autónoma de Madrid y Complutense de Madrid; en cuyos cargos dirigió numerosas tesis
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En excedencia desde 1993, ejerció su profesión de abogado en el despacho que con el tiempo se llamó Estudio Jurídico y Económico Pérez de Ayala, del cual es titular en la actualidad un hijo suyo, con quien colaboró hasta avanzada edad.
Fue miembro y ex Vicepresidente de la International Fiscal Assotiation (IFA), de la Asociación Española de Derecho Financiero y de la Asociación Española de Asesores Fiscales. Miembro de Honor de la Asociación Argentina de Estudios Fiscales y del Instituto Brasileño de Derecho Tributario. Rector Honorífico de la Universidad San Pablo CEU (1999) y vocal de la Comisión para la Reforma de la Ley General Tributaria, por cuya labor obtuvo la medalla de Distinción por Méritos del Ministerio de Hacienda, siendo también galardonado con la medalla de servicios de la Universidad Complutense.
Ingresó como numerario en la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación; su discurso versó sobre la Valoración y significado de las ideas tributarias de Montesquieu, para la dogmática del derecho tributario moderno, fue contestado en nombre de la Corporación por el académico Juan Vallet de Goytisolo (2001).
Asimismo, por sus propios méritos, fue académico Correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo (XXXXX). La familia residía ocasionalmente en su finca de Tocenaque (Cedillo del Condado), a la que están vinculados desde el siglo XIV, al menos. Su abuelo, Jerónimo López de Ayala Álvarez de Toledo, XIII conde de Cedillo, archivero y político, fue uno de los primeros Académicos Honorarios (1922) de nuestra centenaria institución, organizando el III Centenario del Greco; precisamente la calle donde radicaba su casa solar, ornada con un impresionante blasón de tipo italiano, está dedicada a este ilustre personaje.
Tanto José Luis como su esposa María Ángeles, ambos con una sólida formación humanística y fascinados por la historia de sus antepasados, se empeñaron en mantener viva la fértil memoria familiar de un linaje imbricado en la Ciudad Imperial desde época medieval. Entre sus antepasados hay priores de monasterio jerónimo de La Sisla, canónigos y maestrescuelas de la catedral primada, contadores y secretarios de reyes de Castilla, lucharon en la batalla de Trafalgar, fundaron el Colegio-Universidad de Santa Catalina o fueron los principales benefactores de los seminarios mayor y menor de nuestra ciudad.
Profundamente católicos, su fervor religioso y pasión por el patrimonio del linaje les ha llevado no solo a costear de su propio peculio la restauración de los magníficos retablos renacentistas en la capilla familiar de Santa Catalina (mezquita-iglesia de El Salvador, Toledo), ayudando el Consorcio toledano a costear la rehabilitación de la capilla colateral de la misma (2022), donde la tradición cuenta que fue bautizada la reina Juana I de Castilla. Además, atesoran con esmero una más que meritoria colección artística integrada por pinturas, cerámica, objetos arqueológicos, libros antiguos o unas espectaculares sargas flamencas.
En el Archivo Condal de Cedillo, actualmente en su casa de Madrid, se documentan casi ocho centurias de la historia de España, en general, y Toledo y su provincia, en particular, haciéndose eco tanto de asuntos privados o domésticos a cuestiones políticas, económicas, religiosas o militares de siglos atrás. Unos documentos que, entre 2004-2014, se restauraron, reinstalaron, describieron y digitalizaron para permitir su consulta a investigadores y ciudadanos. Precisamente por acometer la colosal empresa de preservar la memoria escrita de su estirpe, cifrada en miles de manuscritos sobre pergamino o papel, se le concedió el I Premio Fundación Casas Históricas y Singulares de España, otorgado en el palacio de Liria (2017).
Su muerte nos priva de una persona entrañable, de trato afable y preocupado por el patrimonio histórico, que se sentía profundamente toledano y que toda su vida se preció de ser un enamorado de la Ciudad Imperial, de su historia y de sus gentes, luciendo siempre con orgullo la medalla de correspondiente de la RABACHT, a la que había accedido el 23 de febrero de 1984.