Fallece Pedro Navascués Palacio, Correspondiente en Madrid

La Escuela de Arquitectura de Toledo recuerda así a quien fue un destacado profesor:

 

Desde la Escuela de Arquitectura de Toledo queremos expresar nuestro profundo dolor por el fallecimiento de Pedro Navascués, catedrático de Historia del Arte de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid y probablemente el mayor especialista en arquitectura española del siglo XIX. Autor de más de doscientas publicaciones, compaginó la investigación con la docencia, dejando hoy huérfanas a varias generaciones de estudiosos de la restauración y la historia de la arquitectura. No en vano, presidía la Comisión de Monumentos de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando —de la que fue vicedirector—, lo cual le conectaba directamente con algunos de los más importantes debates sobre nuestra relación con la arquitectura de tiempos pasados.

Esta institución, junto con otras a las cuales perteneció, como la Hispanic Society of America, el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid o la Fundación Juanelo Turriano, han lamentado también su pérdida. Una de ellas ha sido la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, en la cual ingresó como académico correspondiente en el año 2013.

Es probable que Navascués heredase su interés por esta ciudad de uno de sus principales maestros, el arquitecto e historiador de la arquitectura Fernando Chueca Goitia. Lo cierto es que esta estrecha vinculación con Toledo ha quedado plasmada en varias publicaciones, entre ellas el doble volumen Arquitecturas de Toledo, publicado por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha en 1991. Gran conocedor de la Catedral, a cuya historia y procesos de restauración dedicó varios trabajos, incluida su participación dentro del volumen colectivo La Catedral Primada de Toledo: dieciocho siglos de historia (Promecal, 2010). Su ausencia se notará en 2026, cuando se conmemore el VIII centenario de este edificio. Pero Pedro Navascués no solamente se ocupó de las grandes arquitecturas, sino también de otro tipo de escalas, como la casa patio de Toledo, cuando los estudios sobre esta contaban aún con pocas voces de referencia, entre ellas las del historiador del arte Guillermo Téllez y el arquitecto Manuel de las Casas, fundador de esta Escuela. En este sentido, es necesario recordar su participación en el libro Arquitectura, técnica y naturaleza: en el ocaso de la modernidad (1984), donde escribió sobre «La estructura de la ciudad y la casa en Toledo».

En estos difíciles momentos es preciso también destacar la estrecha relación de su hermana, Marta Navascués Palacio, que fue directora del Servicio Bibliotecario del Campus de Toledo, con Castilla-La Mancha y nuestra Universidad.

Pedro Navascues enseñó historia y amor al arte a todos los arquitectos que pasaron por la escuela de Madrid durante generaciones. Todos hoy seguro le recordarán y si hacen un hueco en su corazón estarán tristes.

Desde esta escuela enviamos nuestro reconocimiento y admiración a esta figura de la arquitectura y de la enseñanza que la escuela de Toledo hubiera deseado tener como profesor.

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