In memoriam de Luis Alba González
In memoriam de Luis Alba González
(Carta abierta de la Familia Alba)
Cuando alguien querido muere se desborda el alma de melancolía y sollozos, como si el consuelo no sirviera para nada. Y en ese momento las palabras y el aliento faltan, aunque las lágrimas sobren. He necesitado tiempo para hablar y plasmar en palabras lo que siento, pero he sacado fuerzas para escribir estas líneas.
Se trata de recoger sin perder nada, como de una urna que se ha roto, el patrimonio espiritual y humano del que mi hermano Luís fue el depositario. Su vida fue testimonio gozoso y creíble de la bondad del corazón. Es difícil salvar todo. La herencia de los que nos dejan se recoge lentamente. Hace falta llorarlos, meditar sobre su existencia… Tienes que volver atrás muchas veces para observar que no se olvida nada.
Ante el fallecimiento de nuestro querido Luís, quiero expresar en nombre de la familia Alba el agradecimiento de ésta y el mío propio, como su hermana, por las muestras de cariño recibidas tanto de personas individuales como de instituciones oficiales locales, provinciales y regionales, religiosas, civiles, militares, académicas, de asociaciones, grupos y movimientos. Su irreparable pérdida nos entristece y agradecemos las muestras de apoyo en este momento de dolor.
Luís deja una huella imborrable en quienes lo conocieron y compartieron ratos con él, por lo que será recordado con inmensa gratitud por sus excelentes cualidades y calidades tanto humanas como profesionales, así como por los valiosos aportes hechos a la ciudad, a la Academia, al turismo y a la investigación sobre Toledo. Fue un hombre íntegro, sencillo, humano, servicial, humilde, firme, flexible y cariñoso. Él trataba a todos por igual. Nunca se negaba a ayudar a quien requería sus conocimientos, añadiendo a esto el regalo de su sonrisa. Sabía llegar a todos, acompañando en momentos de dificultad, y apoyando cuando era necesario.
La vocación de mi hermano por Toledo, y así considero su amor por la Ciudad Imperial, fue temprana y fue aumentando a lo largo de los años. Su ausencia permanecerá para siempre escrita en sus recuerdos y vivirá en el silencio de las calles y plazuelas de la ciudad. Sus hallazgos y colecciones constituyen un patrimonio no solo de la Ciudad sino también del pueblo toledano.
Agradezco también a los medios de comunicación la cobertura informativa que han hecho tanto de la muerte como de los artículos dedicados a él.
Su paso amable por la vida permanecerá en el recuerdo de todos los que lo conocieron; vida que sigue siendo la tierra donde hundo mis raíces.
Emilia Alba González
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