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28 de marzo de 2014

Moción sobre el estado de la Puerta del Cambrón

Moción sobre el estado de la Puerta del Cambrón

La Puerta del Cambrón es una de las más antiguas de la ciudad. Hasta el siglo XV se la conoció como Puerta de los Judíos. Pisa atribuye sus orígenes al rey Wamba, para subrayar su antigüedad. En realidad, tal y como ha llegado a nosotros es una construcción de origen musulmán cuyos restos se ven en el primer cuerpo del edificio, descubriéndolo en un fuerte aparejo reaprovechado posiblemente del circo romano situado en sus inmediaciones, como así lo atestiguan parte de algunas cornisas clásicas empotradas en los muros bajos del patio. Con estos sillares se construyeron las cuatro torres musulmanas que hoy sirven de base a todo el edificio. Posiblemente alguno de los cuatro arcos fuese de herradura. En el exterior se conserva el alfiz y un hueco para alguna inscripción. Se observan también dos piezas visigodas empotradas en el primer piso. Clara Delgado fecha el origen de esta puerta en los siglos X u XI.

 

 

En el siglo XVI el corregidor Gutiérrez Tello acometió una gran trasformación de la Puerta medieval, manteniendo las cuatro torres y dos fachadas principales, restauradas a partir de 1571, en las que intervinieron artistas y arquitectos como Hernán González de Lara, discípulo de Covarrubias a quien sucedió en las obras del Hospital de Tavera, Diego Velasco, Juan Bautista Monegro y Nicolás Vergara el Mozo.

 

La remodelación de la puerta eliminando todo carácter medieval y transformada en renacentista, formó parte del programa que pretendía modificar la imagen de la ciudad, acercándola a las corrientes y usos arquitectónicas de aquel momento, y de una manera ostentosa, las puertas.

La Puerta del Cambrón una vez concluida la función militar, se utilizó como aduana donde se controlaba el abastecimiento de la ciudad, aplicando los correspondientes aranceles del portazgo y depósito de mercancías fiscalizadas. La parte superior la utilizaba como vivienda el alcaide. En el patio se puede leer una placa en la que se recuerda que son libres de portazgo lo vecinos de Toledo y sus Montes.

Conserva las hojas originales de sus puertas reforzadas con chapas de hierro. Para el coronamiento de las torres, emplearon esbeltos chapiteles de pizarra, sustituidos en varias ocasiones. A principios del siglo XX la parte superior del edificio, fue utilizada de escuela de niños.

Al finalizar el asedio del Alcázar en 1936, se convirtió en refugio efímero de unos milicianos, desde donde pretendieron hacer frente al Ejército Nacional, por lo que se produjo un asalto que originó graves desperfectos en el edificio. Finalmente la Puerta fue rehabilitada por los gobiernos del general Franco, con las modificaciones estructurales internas, que podemos observar hoy.

La Puerta cuenta con un patio rectangular, que en la actualidad es cruzado por miles de vehículos, sin que se atienda convenientemente a su protección. Siendo esta, la pieza más afectada por la continua agresión química y mecánica que la circulación masiva provoca.

En el primer arco de la fachada que mira a San Juan de los Reyes, enmarcado por dos columnas dóricas y con dovelas de tipo almohadillado serliano, es el que acusa mayor gravedad, ya que a una altura de poco más de un metro desde el suelo, el granito se encuentra en un avanzado estado de descomposición, tanto es así que un simple roce provoca el desprendimiento de fragmentos de piedra. Las basas de las columnas aludidas han desaparecido y no son sino un muñón informe que avanza en su descomposición.

Los humos de los vehículos se incrustan constantemente en el zócalo de todo el interior y en lo arcos. A la altura de unos tres metros, se puede comprobar la erosión provocada por los roces de los vehículos pesados que muy ajustadamente atraviesan a diario, el patio y los estrechos espacios de las arquerías. En su interior, la atmosfera se hace irrespirable para los transeúntes con los humos y gases de los vehículos.

El primer piso y el segundo lo ocupa desde 1980 la sede comarcal de la A.C. Montes de Toledo.En la visita cursada por esta Comisión se han detectado algunos pequeños agrietamientos en los pavimentos de las salas situadas sobre los arcos. En la terraza está desapareciendo el mortero moderno del muro de las almenas. En las cubiertas crece profusamente una variada vegetación endémica, que provoca goteras en las instalaciones interiores. En los torreones, las palomas han destruido la malla de cordel colocado en la última restauración y lo han tomado como refugio habitual, con el peligro de aumentar los depósitos de palomina. En el corredor que mira a Santa Leocadia la pieza de granito que sirve de parteluz, presenta una avanzada descomposición en su base.

Las vibraciones de los vehículos pesados y el continuo pasar de los turismos tampoco pueden beneficiar al histórico edificio.

Por todo ello esta Comisión propone a la Real Academia que presente este informe a quien ostente la propiedad de la Puerta del Cambrón o a quien tiene la obligación de proteger el patrimonio de la ciudad, para que de manera URGENTE intervenga para detener el progresivo deterioro en la base del edificio, cubiertas y paramentos, tomando las medidas que sean oportunas, para disminuir la presión del tráfico rodado por el interior del monumento, suprimiéndolo si no existieran otras alternativas viables.

Los técnicos, arquitectos, arqueólogos, restauradores, historiadores, académicos de esta Real Academia se ofrecen a colaborar con las autoridades competentes en esta materia, para detener la degradación del monumento, único en la ciudad por cuyo interior transitan un exceso de vehículos como hemos expuesto.

Fotografías sobre el estado de la Puerta del Cambrón

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